No por habituales, las protestas ciudadanas pierden su significación. Ayer eran varios los colectivos del sector público que, con el nuevo curso, volvían a sacar a la calle su malestar ante los recortes proyectados o confirmados por el Gobierno. Es el caso de los trabajadores de los juzgados, cuyos representantes sindicales se han unido para conformar una plataforma común que tras una cacerolada ayer, ya proyecta nuevas protestas para el próximo jueves y los siguientes.
“Hasta que nos hagan caso”, manifestaba una funcionaria al concluir la convocatoria, que cortó momentáneamente el tráfico en la avenida de Alfonso Molina y obligó a paralizar y retrasar algunos de los juicios previstos para las once de la mañana. Tanto es así, que según denuncian los sindicatos, una de las liberadas de la CIG fue requerida por la secretaria de un juzgado de lo penal para identificarse por la “interrupción” de una vista.
El delegado de CCOO en A Coruña en el ámbito judicial, Jorge Suárez, avanza que se convocarán asambleas de trabajadores para diseñar un calendario de protestas que incorporará novedades. “Quieren la paz social, pero no se la vamos a dar”, advierte, convencido de que los recortes persiguen “desprestigiar primero el servicio público para después privatizarlo”.
En los juzgados, la cita de ayer se celebraba justo después de obtener la confirmación los representantes sindicales de que los funcionarios perderán la paga extra de diciembre, en lugar de sufrir un recorte prorrateado, tal como se proyectaba.
CCOO cifraba en cerca del 80% el seguimiento, si bien reconocía que existe un cierto miedo o “vergüenza” entre los trabajadores a secundar las convocatorias, que con cacerolas, silbatos y magáfonos, se dejaron sentir durante cerca de 45 minutos en todo el entorno de los Nuevos Juzgados y la Audiencia.
Citas conjuntas
Esa vergüenza no se dejaba notar en otras de las citas que ayer se repartieron por la ciudad, con actos de reivindicación laboral en lugares como el Complejo Hospitalario Universitario (Chuac), la delegación de Hacienda, el edificio administrativo de Monelos o, incluso, ante el palacio municipal de María Pita.
En Hacienda, los trabajadores y los médicos y enfermeras del ambulatorio San José unían sus fuerzas para cortar el tráfico en el entorno de la plaza de Pontevedra, en una comitiva que enarbolaba pancartas con lemas como “Por un servizo de calidade, defendamos o público”.
También en Monelos las reivindicaciones laborales se aliaban con otra, las de los afectados de las participaciones preferentes, que se manifestaban contra las disfunciones del arbitraje promovido por la Xunta.
Publicado el 21/09/2012 en http://www.elidealgallego.com/
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