La comunidad lidera junto con Aragón la bajada en el índice de litigiosidad
Alberto Ruiz-Gallardón defiende que las nuevas tasas judiciales servirán como instrumento disuasorio, una criba para reducir los conflictos que llegan a los tribunales. Se supone que con su aplicación descenderá el índice de litigiosidad, el número de casos por habitante. Habrá procesos que, desde el punto de vista económico, no será rentable iniciar. Pero la crisis tiene sus propios mecanismos de recorte. El deterioro de la situación económica ha provocado que se disparen procesos como los laborales, pero las cifras del 2012 caen rompiendo una tendencia al alza que había durado ocho años. Los últimos datos oficiales reflejan que en Galicia hay 160.000 asuntos en trámite. Todas las comunidades excepto Navarra registraron descensos en el último año y el de Galicia está entre los más acusados, con un 10,5 %, solo superada por Aragón, que baja un 13,5 %.
Galicia también está en el grupo de cabeza en la bajada de recursos judiciales, que caen en doce meses un 7 %. Aunque todas estas reducciones no significan que la maquinaria judicial se engrase, como parece rezar la fórmula del tasazo. Según el Consejo General del Poder Judicial, la congestión judicial y la pendencia (cocientes que relacionan los asuntos resueltos con los pendientes) se han incrementado en el mismo período.
El repunte
Se prevé que cuando se actualicen los datos oficiales del último tramo del 2012 probablemente se produzca un repunte en el número de demandas y recursos en toda España, pero se debe a un inesperado paréntesis en la aplicación del tasazo. La medida no pudo ser implementada el 21 de noviembre, como estaba previsto inicialmente, porque no estaba disponible el impreso oficial correspondiente, que tenía que ser emitido por el Ministerio de Hacienda. En este impasse los juzgados sufrieron una avalancha de expedientes, porque los ciudadanos trataban de agilizar los trámites para eludir las nuevas tasas. Es de suponer que la entrada en vigor efectiva de la nueva norma genere el efecto contrario.
Publicado el 17/12/2012 en www.lavozdegalicia.es
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